He venido a dar
las gracias profundas
al divinísimo
contrasentido
que siendo inexacto,
me ha bendecido
en la vida con
ofrendas rotundas.
He venido a dar
las gracias fecundas,
despacito, sin
hacer mucho ruido,
por una cosecha
inmune al olvido:
mi equipo, un
equipo no de segundas.
¿Qué si he venido
a pedir? Pido nada
porque la vida de
ellas se refuerza
solo con mi ceniza
enamorada.
Y que esta dé el
color del que se esfuerza
a aquella encina
de mi tierra amada:
ahí estaré yo, ahí
estará mi fuerza.
A la memoria del tío Mariano
No hay comentarios:
Publicar un comentario