jueves, 31 de diciembre de 2015

SI PUDIERA VOLVER A VIVIR UN AÑO

 
 Inspirado en unos versos de Borges...

 Si pudiera vivir otra vez un año,
en el siguiente
sería más valiente,
tendría menos miedo;
leería más libros
¿Escribiría menos
y viviría más?
Habría más poesía en mi próxima oportunidad.



 


Si pudiera vivir  otra vez un año
navegaría más millas con mi padre;
trataría de viajar de nuevo
a París o a Roma
de la mano de una amiga
para hacer que sonría
un pronóstico viejo
para el que no fue demasiado tarde;
y a ti...
a ti como te apoyaría,
igual que ayer,
dejando que el sonido de tu guitarra
sonara en el alma
porque ese era tu sueño.



Yo he sido alguien
demasiado responsable.
Nunca me he movido sin un cronómetro,
unos tacones y un por si acaso.
No he dejado espacio probable
en esta vida, que es un óleo
para los ciento volando
que pinta la suerte con sus manos
como unos niños de pie
en una foto del revés.
Si tuviera otro año
saltaría con mis hijos en los "charcos de barro"
hasta que, por la mezcla de agua y tierra,
no se nos reconociera;
nos montaríamos todos en la misma bicicleta

 


 
Si  tuviéramos la vida por delante...
¿ Y es que no la tenemos?
la tenemos
FELIZ AÑO NUEVO
y gracias al que ha pasado.
 
CruzadoC

jueves, 24 de diciembre de 2015

LAS NAVIDADES QUE CONTARÁN EN EL CIELO

 Las navidades que contarán en el cielo
(ese gigantesco incierto,
esa mentira maravillosa;
la más antagónica creación jamás escrita)
también estarán llenas de dudas.
Mickey Mouse empuña mi pluma
y un niño que se parece a mi padre
imita al pato Donald como sabe:
"esto es todo, esto es todo, amigos".
¿Habrá Navidad en el cielo?
¿Habrá cielo, amigos?
No serán aquellas del año que gastaste más dinero
las que contarán en el cielo;
ni las que lloraste más
porque te dijeron
que esto es un valle de llanto;
ni las que compraste todo el catálogo
de miedo y rencor ahorrado.
Puede que cuenten
-un punto o dos
para ver a Dios-
las navidades con versos;
puede que algo más,
-por ser Navidad-
las cosas que sí nos dijimos;
puede que sumen un punto
las lágrimas que mandaste a pasear
al monte de las ánimas
o a dar la vuelta al mundo
porque esto que vuelve,
cada año más loco,
siempre,
siempre que puedas abrir los ojos,
es la vida
y no estamos muertos todavía.
CruzadoC

viernes, 4 de diciembre de 2015

MI MEJOR PARÍS ( POR LA TEJEDORA)

 
Pienso en escribir sobre París y en publicar estas fotos, para que no se quedaran en el olvido, desde que estuve allí hace poco más de medio año; después, los atentados acrecentaron esa necesidad de hablar de Francia.
Mi relación con este país viene desde niña por la cercanía geográfica que existe entre Santander y el sur de Francia. Desde que llegamos a la capital cántabra a vivir cada año, cuando aún existían los francos- y no había Decatlon ni Carrrefour cerca de nuestra casa-, mi padre, un francófilo de libro, nos metía en el coche a todos y nos llevaba por Navidad a comprar chocolate y adornos para el árbol a Biarritz y a San Juan de Luz. De adolescentes seguimos haciendo esas escapadas sólo por el placer de ver la belleza de los paisajes o los barcos atracados en el puerto de Hendaya. Al final todo aquello compuso algunos de los mejores recuerdos de mi vida.
 
Las grandes frases que tengo en la memoria, que aún hoy sigo utilizando, las aprendí en francés de mi padre que tenía que traducírnoslas porque nosotros no hablábamos el idioma como él. Recuerdo sonar la radio francesa en su habitación desde niña, recuerdo incluso haberle oído relatar como se enteró de que el 23 de febrero de 1981 lo que estaba pasando en España era realmente un golpe de Estado a través de la radio francesa.
 
Cuento todo esto porque necesitaba entenderme, entender por qué los atentados de París me afectaron más-no puedo ser hipócrita- que los que acontecieron con pocas horas de diferencia en Beirut o en Sinaí. Y todas las vidas valen lo mismo; y el terrorismo, que odio tanto como la política y el extremismo religioso- de todo, de todo signo- es igual de abominable en un país que en otro. Pero no lo pudimos evitar, no pudimos evitar sentirnos más cerca de París que de Beirut. La vida va un poco de eso de aprender de los errores y gracias a lo sucedido y a la gente que se encargó de abrirnos un poco los ojos hoy la solidaridad para algunos tiene menos fronteras; gracias a aquello yo, por ejemplo, he empezado a informarme de lo que sucede más allá de París, más allá de esta egoísta Europa nuestra.
 
En  junio hicimos las maletas mi amiga María y yo  rumbo a París para desconectar y para hacer estas fotos con ropa hecha a mano por mi compañera del alma, mi compañera de la infancia, Elo, la tejedora. Sus creaciones no se merecían otro escenario que no fuera París y, aunque el presupuesto no nos daba para modelos, fotógrafo ni despliegues propios de una revista, María se enfundó la cámara cual pistola, yo me tapé los complejos y usamos París para la tejedora. Estas fotos tenían que ver la luz. Hoy es tu cumpleaños, amiga, así que aquí va tu shotting y tus versos:

 
Eres ese vestido que la niña de dentro
soñó sin miedo
llevar a la torre Eiffel;
eres cada adorno de plata
que escogimos juntas para mi mañana;
eres la misma torre Eiffel,
fuerte
y mi referente.
Eres un bolso de ganchillo,
verde, porque yo te lo pedí verde,
y eso es un amigo;
eres mi puente,
el que cruzo ausente
cuando quiero dejar
de pensar
en el ayer;
eres el puente Saint Germain,
lleno de libros con los consuelos escritos
más viejos de este mundo perdido,
superpuesto sobre la imagen de Notre Dame;
y eres esa dama también.

Eres color azteca
en una chaqueta
y cada moneda
que te obligué a coser
a cambio de ninguna moneda;
eres el estampado loco de una tela
que debería exponerse en el Louvre
sólo por el secreto que esconde su cremallera:
vocación. En cada puntada
 
 Eres el collar con el que esta enamorada
se hace el atuendo
para salir a brindar
por el tiempo,
por la vida
y por las causas perdidas.
Eres mi copa de vino
y mi batalla ganada
al destino. 
 Eres una chaqueta roja
para protegerme del frío
con el abrigo
de tu alegría. 
Como el Mouline Rouge, emblemático.
Eres el suelo asfáltico
que no filtra más que gotas de corazón
a corazón.
 
 
 
CruzadoC
Confección de cada chaqueta, vestido bolso por la Tejedora de Santander