lunes, 9 de febrero de 2015

ESPERANZA



Resumir lo que ha sido para mí participar en este proyecto es muy difícil, igual que es muy costoso recopilar en unas líneas tantos años de amistad. Conocí a Antonio Revert  Lázaro en la escuela judicial después de tres años encerrados preparando las oposiciones de Secretario Judicial de las que salimos vencedores, pero no indemnes. En el Madrid de otra década  nos conocimos y  rápidamente la poesía, más que el Derecho, nos hizo amigos. Compañeros de pasión y de profesión, como le gusta decir a él. Se acabó la escuela y uno se fue a Güimar y la otra a Almuñecar, cada uno de los dos se casó, tuvo  hijos y mantuvo la amistad como pudo. Pero, como "quien tuvo retuvo", el 31 de diciembre de 2013 recibí un mensaje en mi móvil y recuperamos lo que no debió perderse nunca. Por eso, cuando me propuso hacer el prólogo de su libro, por fin publicado, " Diego contra la oscuridad", la respuesta fue sí. Hubiera sido sí siempre. De la misma manera que fue "sí" a la invitación a presentar su obra en Madrid. 

Este fue más o menos mi discurso en una librería, " La Marabunta", que no olvidaré nunca. Luego siguió él con sus versos destapando la caja roja que devoramos sin pensar en los niños trabajando en la Costa de Marfil; con sus rimas sobre el mundo por cuyo cambio piensa luchar para no dejárselo igual a su pequeño Diego, para que no tenga que marcharse de una España en la que ya no haya opciones.

Gracias amigo, por esta oportunidad, por tus versos valientes, por atreverte a lanzarlos a los leones, por el perdón que se cobija en las redondeces de tu caligrafía, por poner a los secretarios judiciales en este mundo el nombre de ángeles, por darle voz a "los dedos diminutos" que trabajan en las plantaciones de cacao, por hacer responsables a los responsables. Pero sobre todo, gracias por la esperanza que, tímida y vergonzosa como yo, habla con la mano en el estómago para que no le tiemble la voz, desde tus páginas, desde el prólogo que le dedicaste a mis hijos :"brindando por un cielo azul enorme para Diego, para Miguel y para Javier, sin lugar para la oscuridad"

Y aquí va, como no podía ser de otra manera, mi soneto para "Diego contra la oscuridad"
 

 
 
Viejos amigos. Nuevos versos. Madrid.
Muchos recuerdos. Diez años. De todo.
Esa mesa aguarda un codo, tu codo.
Tu corazón semanas suplicando: "id".
 
Mi pluma haciendo de un discurso su ardid
para poder decir "gracias" de un modo.
Empiezo a hablar y mi miedo podo.
Tu poesía cabalga como El Cid.
 
Las palabras te brotan de la boca
como un niño que nace a la esperanza.
Tu caja roja se abre y la poca
 
luz que alumbra ya en occidente alcanza
y rebota en la botella sin copa.
Contra lo oscuro por "Diego" una lanza.
 
CruzadoC