lunes, 31 de octubre de 2011

EL ÚLTIMO REGALO DEL VERANO



Es verdad que ni una golondrina hace un verano, ni cuatro días buenos convierten un octubre en agosto, pero el tiempo-el atmosférico y el de la vida- está cada vez más loco y nos regala sus días buenos y sus coletazos de estío sin importarle fechas, ni estaciones, ni circunstancias. Y, digo yo, que ya que los relojes y calendarios son sólo una medida de tiempo que hemos inventado; y teniendo en cuenta que, nunca sabemos"ni como ni cuando, ni ciento volando, ni ayer ni mañana", como dice Joaquín Sabina-y que así siga siendo-, disfrutemos de esas mañanas de sol sin importarnos que el periodo estival haya concluido hace mucho, como aquellas con las que, a modo de propina de verano, nos ha obsequiado el mes de septiembre, el de octubre y, parece, que también parte del de noviembre al menos en una ciudad del Norte, que es la mía, por la que ya vuelvo a pasear con mis viejos pies y las nuevas ruedas de un carrito a mi último y mejor regalo del verano... y de la vida.




Octubre del Norte siempre regala

un pasaporte al verano que se va,

una luz que poco a poco no está,

un viaje al sol que se vsite de gala



para la despedida que lo tala.

El primer octubre que se te da;

mi primer octubre de madre ya,

nuestro primer otoño bajo el ala.




Como una bandada de aves preciosas

que emigran en busca de otra estación,

así dice adiós a todas sus rosas



el verano de propina que a razón

de uno por año, año a año, hace cosas

como este calor raro en el balcón.



CruzadoC

jueves, 13 de octubre de 2011

MARTES LITERARIOS: ANTONIO MUÑOZ MOLINA


Todos los veranos la Universidad Internacional Menéndez Pelayo organiza en el paraninfo del Palacio de la Magdalena de Santander unos encuentros con escritores contemporáneos que, cada martes y durante una hora, exponen su obra o simplemente su pensamiento. Llaman a dichos encuentros "Los martes literarios", y he de reconocer que a mi me encanta esta denominación, son ya muchos veranos leyendo su reseña en el periódico. Ya se que el verano ha quedado atrás, pero recordándolo conseguimos hacerle frente a este otoño que no acaba de entrar.






El martes 9 de agosto le tocó el turno a Antonio Muñoz Molina, escritor al que nunca había visto en directo y cuya obra, también lo de he reconocer, era casi desconocida para mi. Hasta ese 9 de agosto, claro. Como la estudiante que un día fui me puse a tomar notas en el programa que repartían( no tenía otro sitio) y con un lápiz de ojos ( tampoco tenía bolígrafo, no contaba con semejante tarea). La verdad es que me sentí un poco repipi, pero por otra parte lo consideré una oportunidad que no podía dejar pasar por una parte para mi, para recordar con más exactitud las cosas que me llegaron al alma y que allí escuché esa tarde; y por otra parte, por si algún admirador de este escritor que no asistió a su charla en Santander, en alguna ocasión se topa con este post, desde el que manifiesto mi amor por la literatura, un amor que -en palabras de Muñoz Molina- ya se ha perdido en los periódicos y , sin embargo, se ha ganado, por ejemplo, en los blog.






Lo primero que me llamó la atención fue su grandísisma humildad, que paradójicamente-ya se sabe-enaltece y eleva a las personas que la practican, cuando expuso que "el talento es más habitual de lo que parece y que cualquiera que encuentre su sitio puede hacer arte y que lo que es más conocido es sencillamente porque te ha tocado. Hay una o dos expeciones en cuanto a auténticos genios como Mozart, pero por debajo de eso lo que existe es una masa homogénea y, sobre todo, la mano de la casualidad".






Definió la Literatura en general como la capacidad de contarnos continuamente nuestra vida mediante relatos, así todos somos escritores, y sino"¿qué es lo que hacemos cuando conocemos un amor? contarle nuestra vida¿qué cuando lo perdemos?contar como ya no es nuestra vida. Un ejemplo práctico ¿qué sería de la vida sin los relatos?¿podríamos contar algo?¿ver cine?¿leer libros?¿escuchar?"






Reconoció que sus novelas surgían de una especie de "dejarse llevar vigilante", como le pasaba a José Hierro cuando decía que la poesía era el perro bien adiestrado de un lazarillo, y "ese es el mejor momento del escritor, cuando la historia te lleva a ti y no al revés". De esta manera, sus personajes nacían de ese observar aquello que está en íntima conexión contigo, que en su caso era lo "marginal", lo que está la margen, quizá porque él muchas veces se ha sentido al margen, porque a menudo las personas decentes se quedan al margen". Nueva dosis de humildad.También su obra se basa "en la contención de las palabras y en la confianza en la inteligencia del lector".



No supe muy bien al terminar de escuchar estas palabras si hablaba de la literatura o también de la propia vida.



Como me pasa a mi al escribir cada poema, cada estrofa de mis historia o cada entrada de este blog, "de aquello que ha sido publicado-dijo este autor como broche final- ya te has liberado y sólo cuando te alejas de lo escrito creces como autor, te sacas la autoindulgencia de encima y ganas en humildad viendo que lo que tú has hecho ya ha sido hecho por mucha gente, pero aún así tienes fuerza para seguir haciéndolo".








CruzadoC