Gracias quiero dar al 2013 porque, aunque mientras tengamos recuerdos, no te vas del todo, hoy nos desapareces de los ojos. Buena travesía te deseo.
Gracias por haberte convertido en el año más duro porque seguro he crecido más que ayer, como Alicia cuando se comía un pastel, por haber superado la muerte con el presente; por los años de antes, por haber tenido aquella compañera de viaje en pertenencia, por haber soltado el lastre cuando soñé que me decías: "ahora te toca a ti seguir sin mí".
Por los meses que pasaron en el trabajo como bálsamo;
por ver a mi hijo crecer;
por un pasaporte a Dublín y otro a Granada con quien sin el que ya no concibo nada;
por una vida que vuelve a empezar....
Gracias por el verano, que al final llegó y contra todo pronóstico, le dio luz a mi rostro; por haber descansado; por el mar de Santander este septiembre soleado, por haber podido verle;
gracias por haber seguido admirando tanto a alguien como para seguir la estela de una toga en el aire, que es tanto como decir gracias a mis padres, por una infancia feliz, por lo que ahora he de trasmitir;
por un hermano, por un barco, por esas cosas que yo llamo preciosas;
por escribir, por la literatura, por los libros, mi cura, por la lluvia y por ti, mi musa, por la música y los cantantes;
por las rosas amarillas y por el muelle de Galicia...
por la amistad, ese gran salvavidas en el océano que tenemos que atravesar;
Y gracias, en fin, por un año que termina rodeada de familia. Todo esto es mucho más que suficiente para rendirte pleitesía, dos mil trece.
CruzadoC
