lunes, 26 de mayo de 2014

LO QUE ME QUEDA POR VIVIR

 
"Lo que me queda por vivir" no es sólo eso, es el título de uno de los últimos libros que cayó en mis manos. A través de sus páginas Elvira Lindo cuenta la historia de una madre soltera de un niño de cuatro años en el Madrid de los años 80 y en él escribe perlas tan poco despreciables como estas:
" hay un mecanismo por el cual uno consigue convencerse de que lo que se tiene es lo que se desea...";
"hay una creencia tóxica de que sólo quien te hace sentir un poco inferior  posee atractivo y es merecedor de cariño";
"el precio que se paga con los amigos de pasado es que son poseedores del catálogo de los defectos de fábrica y no van a aceptar que ni el tiempo, ni el dinero, ni la experiencia, borren lo que fuimos";
"la rara piedad que se practica con los más desgraciados  es mezcla de compasión y arrogancia  a partes iguales";
" los niños suelen responder con una obediencia insensata a la descripción que de ellos hacen sus padres";
Y esta me encanta: "el recuerdo todo lo literaturiza, la nostalgia embellece lo perdido...."
              
Y así podría seguir y seguir, este post es sólo una recomendación a la lectura. El otro día leí un artículo de una periodista que explicaba por qué leer. Leer-pienso yo- no es sólo vivir otros mundos y otras experiencias, como dicen los grandes lectores; leer es para mí encontrase con uno, con lo que uno es, con lo que uno no sabía que era, con el potencial que tenemos dentro; leer es hacerse con un poder inmenso a la hora de poder conversar y, por tanto, de escoger conversadores; leer es pasar de nivel en la "play" de la vida; leer es ser más feliz y más sabio sin saberlo; leer es estar en otra liga. ¡Probad los que no habéis probado!

Y aquí van los versos que me inspiró esta novela:
 
LO QUE ME QUEDA POR VIVIR
 
Toalla aún en alto, cebo echado:
puede que en lo que nos quede por vivir
este nuestro destino; lo porvenir
envuelve con papel certificado
 
de promesa cumplida en este lado
el mundo de mañana por descubrir
si confiamos, si sabemos sonreír;
puede que le quede una vuelta al dado.
 
Todo lo que falta por acontecer;
lo que ha de venir después de tu suerte;
el futuro hará que yo olvide el ayer.
 
A partir de tu adiós tengo más fuerte
la segunda vida que empiezo a perder
tras saber que sólo hay una muerte.
 
CruzadoC

sábado, 3 de mayo de 2014

MAMÁ, PONTE EN LA FOTO


Allison  Tate  cuenta en su artículo de este título sus peripecias como madre de un bebé recién nacido( sujetador de lactancia incluido) y otros tres hijos en la fiesta del dieciséis cumpleaños de su sobrina; narra como cuando su hijo le dice que se ponga en la foto le da reparo porque  "tenemos cuerpos de madres y ya no somos tan jóvenes", a pesar de lo cual debiéramos esforzarnos por ponernos en la foto por que-escribe- "Nuestros hijos necesitan ver lo jóvenes, bellas y humanas que eran sus madres. Nuestras hijas necesitan ver que éramos vulnerables y abiertas, tal como éramos, mujeres, madres, personas que tenían una vida."

Invito a leerlo completo en este enlace, no tiene desperdicio:

 
Hay muchisimas cosas en la existencia de una mujer que se ha convertido en madre que se quedan en el anonimato, dice Allison.  En lo que a mí respecta, ni la gente, ni siquiera los familiriales más cercanos, ni mis propios hijos, me ven  colocando piñas por los parques para ser descubiertas como un tesoro, chocolatinas por si son buenos en un bolso que hago pasar por bolso mágico, aviones en el cielo para enseñarles con asombro como se puede llegar a volar en la vida o camiones por la carretera para entretenerles los viajes largos; no tienen ni idea de que me aprendo de memoria cuando tengo un segundo la Sonatina de Rubén Darío o la Canción del pirata de Espronceda para recitársela por las noches como un cuento antes de dormir y darles así la oportunidad, que yo también tuve, de ser niños que amen la literatura, no saben que compro platos y cucharas de "El Principito" para explicarles, si un día me preguntan por él, que "lo esencial es invisible a los ojos"; ni que escribo todo esto para ellos saben ( con uno colgado del pecho y viendo como el otro dibuja a Pepa Pig sobre mis versos).

El caso es que no siempre vamos a estar aquí, ni siquiera sabemos por cuanto tiempo más, así que  este día de la madre, y a ser posible siempre, pongámonos en la foto. Para que el día de mañana nuestros hijos vean con cuanto amor les mirábamos sin la pretensión-abandonada a la fuerza ya hace tiempo-de ser perfectas.

De igual manera que miro yo ahora las fotografías de mi madre y no me importa ni su aspecto, ni si iba peinada o maquillada, sino sólo como me sostenía en brazos o como sonreía, como sonreíamos las dos.

Feliz día de la madre. Dedicado a todas las que nos hemos convertido en madres y hemos dejado de ser perfectas. Especialmente a la mía.
 

                                                                          CruzadoC