Elena llamó, como todos los viernes,
para tomar un gin tonic":¿vienes?
las dos solas,
los niños a la piscina de bolas".
La libertad se acabó,
pero la amistad no.
El destino no nos separará.
Yo estoy ordenando la casa
mientras mis hijos meriendan pasta.
En Cantabria empieza a anochecer
alrededor del mar.
Mi marido llega del trabajo
y me da un abrazo.
La vida pasa como todo lo demás.
Son mis amigas,
un tesoro;
son mis amigas,
por encima de todo.
Mary me contó
que su padre sigue malo,
después de un rato de mensajes
sonrió:
para esos están los baches,
para saltarlos.
Merche fue a vivir a Barcelona,
pero no se salta ni una coma,
está afiliada al ryaner
con destino Santander.
Hijos y maridos,
cuarenta cumplidos,
pero son mis amigas,
un tesoro
que tengo escondido en mi fondo;
son mis amigas,
por encima de todo.
CruzadoC
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