De la mañana de un sábado de octubre con uno de mis hijos en la playa de los Peligros surge esto.
El contacto de los pies y la arena,
un niño buscando negros cangrejos,
sonido eterno del mar a lo lejos.
Crecemos, nada que valga la pena
va a ser tan fácil como esto que suena.
Una madre que le tira los tejos
a lo que está detrás de los espejos .
El ahora que rompe la cadena
y nos recuerda que el tiempo se acaba,
que no durarán siempre nuestros pasos,
que por eso no hay que pone traba
a la belleza de nuestros ocasos:
el de la infancia luz feliz y brava,
ni el de una juventud con retraso.
CruzadoC
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