lunes, 15 de abril de 2019

BEIRAMAR




Sigue empujando con su mano vieja
como el mar, como el velero que vino,
de un sol, de otra tormenta, otro destino
vuestra niñez que por días se aleja.

Sigue en pie, sigue arqueando la ceja
cuando ve que hago huella en su camino
porque sigue siendo el verde de un pino
la luz de mi padre, que me despeja.

Y la que pueda yo darle de vuelta
al abuelo de heridas en la posguerra
se la haré llegar en la mar envuelta.

Te ahogará la marea gamberra,
pero mientras llega, tu barco suelta
amarras y vuela ajeno a la tierra.

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