sábado, 3 de mayo de 2014

MAMÁ, PONTE EN LA FOTO


Allison  Tate  cuenta en su artículo de este título sus peripecias como madre de un bebé recién nacido( sujetador de lactancia incluido) y otros tres hijos en la fiesta del dieciséis cumpleaños de su sobrina; narra como cuando su hijo le dice que se ponga en la foto le da reparo porque  "tenemos cuerpos de madres y ya no somos tan jóvenes", a pesar de lo cual debiéramos esforzarnos por ponernos en la foto por que-escribe- "Nuestros hijos necesitan ver lo jóvenes, bellas y humanas que eran sus madres. Nuestras hijas necesitan ver que éramos vulnerables y abiertas, tal como éramos, mujeres, madres, personas que tenían una vida."

Invito a leerlo completo en este enlace, no tiene desperdicio:

 
Hay muchisimas cosas en la existencia de una mujer que se ha convertido en madre que se quedan en el anonimato, dice Allison.  En lo que a mí respecta, ni la gente, ni siquiera los familiriales más cercanos, ni mis propios hijos, me ven  colocando piñas por los parques para ser descubiertas como un tesoro, chocolatinas por si son buenos en un bolso que hago pasar por bolso mágico, aviones en el cielo para enseñarles con asombro como se puede llegar a volar en la vida o camiones por la carretera para entretenerles los viajes largos; no tienen ni idea de que me aprendo de memoria cuando tengo un segundo la Sonatina de Rubén Darío o la Canción del pirata de Espronceda para recitársela por las noches como un cuento antes de dormir y darles así la oportunidad, que yo también tuve, de ser niños que amen la literatura, no saben que compro platos y cucharas de "El Principito" para explicarles, si un día me preguntan por él, que "lo esencial es invisible a los ojos"; ni que escribo todo esto para ellos saben ( con uno colgado del pecho y viendo como el otro dibuja a Pepa Pig sobre mis versos).

El caso es que no siempre vamos a estar aquí, ni siquiera sabemos por cuanto tiempo más, así que  este día de la madre, y a ser posible siempre, pongámonos en la foto. Para que el día de mañana nuestros hijos vean con cuanto amor les mirábamos sin la pretensión-abandonada a la fuerza ya hace tiempo-de ser perfectas.

De igual manera que miro yo ahora las fotografías de mi madre y no me importa ni su aspecto, ni si iba peinada o maquillada, sino sólo como me sostenía en brazos o como sonreía, como sonreíamos las dos.

Feliz día de la madre. Dedicado a todas las que nos hemos convertido en madres y hemos dejado de ser perfectas. Especialmente a la mía.
 

                                                                          CruzadoC

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Perfectas sois por cuanto sois madres. Enhorabuena por todo lo escrito.

Mery dijo...

Ademas ahora que hay tantas tecnicas, podemos inmortalizar cualquier cosa para que quede plasmada y pueda ser recordada.
Gran admiracion a todas las madres que dar incondicionalmente ese monton de horas, dias, meses,... a sus hijos